«Valentino por Alessandro Michele: Un Renacimiento Barroco y Maximalista en la Alta Moda»
No suelo opinar especialmente sobre moda porque creo que hay colegas mucho más especializados que yo en este sentido, pero en el caso de Valentino, me resulta imposible no hacerlo.
La llegada de Alessandro Michele a Valentino ha generado una ola de opiniones controvertidas, una mezcla de sorpresa y curiosidad por parte de críticos y amantes de la moda. Michele, conocido por su “stile massimalista” y su “eclettismo barocco”, ha presentado una colección que marca una ruptura radical con la era de Pierpaolo Piccioli, cuyo minimalismo refinado había definido la maison en los últimos años. Piccioli había sabido captar bien la esencia del fundador, símbolo indiscutible del refinamiento italiano a nivel internacional.
La colección «Avant les Débuts» de Michele no solo ha desafiado las expectativas, sino que también ha provocado un debate apasionado sobre la dirección futura de Valentino.
Alessandro Michele ha decidido mirar hacia atrás, hacia los años ’60 y ’70, para encontrar inspiración en los archivos de Valentino Garavani. Este periodo, caracterizado por un estilo bon ton, happy chic, y una opulencia meticulosamente ornamentada, ofrece un contraste marcado con la simplicidad y elegancia de Piccioli. Michele ha reincorporado elementos icónicos como la “pelliccia maculata” de Veruschka y los “abiti di Jackie ‘O”, reinterpretándolos con un toque moderno y exuberante. Esta elección no es fortuita; responde a una necesidad de rescatar y revitalizar una era que encarna el espíritu maximalista y la grandiosidad que Michele admira y, en la que se siente más cómodo.
Pero, ¿qué ha pasado con el heritage de la marca en su globalidad y sus tractos más distintivos? A priori parece que “se los ha saltado a la torera”.
No creo tampoco sea fruto de la casualidad que Michele eligiera estratégicamente el último día de la Milan Fashion Week para presentar la colección de Valentino, justo cuando se esperaba la presentación de Gucci, la casa que él había dirigido previamente. Esta decisión subraya la importancia de su debut y cómo Michele quiere mantener su impacto en el mundo de la moda.
La colección de Alessandro Michele puede parecer una apisonadora que pasa sobre los códigos visuales de Valentino, pero en realidad es una evolución natural de su propio estilo boho chic. Él mismo ha dicho que se ha deleitado en las infinitas posibilidades técnicas que ofrece la Maison Valentino y, hay que reconocer que, eso más su capacidad para mezclar estampados, colores y texturas la sinfonía visual es innegable y puede sorprendernos, en futuro, para bien esperamos.
La fluidez de género, uno de los pilares de su trabajo en Gucci, se mantiene como un tema central también en esta colección, desafiando las convenciones tradicionales de la moda masculina y femenina. Pero, ¿es consonante con un Valentino tan centrado en la mujer?
Michele mantenido su estilo distintivo al reinterpretar elementos de los años ’60 y ’70 de Valentino Garavani, añadiendo su propio toque inconfundible ha honrado una parte de la historia de la marca, pero impregnado la colección con su personalidad creativa única.
Sin embargo, las similitudes entre las últimas colecciones de Gucci y esta nueva propuesta para Valentino son evidentes y han generado críticas. Algunos opinan que Michele no ha logrado adaptar su visión a la identidad de Valentino, sino que ha importado directamente su estilo característico, creando una colección que podría confundirse fácilmente con sus trabajos anteriores para Gucci; como así ha sido. El resultado no es más que encontrarnos con reacciones divididas entre críticos y observadores de la moda respecto a la colección «Avant les Débuts«.
Creo, sinceramente que se ha precipitado y se ha posicionado en un “lugar cómodo” y cercano a su modo creativo para sacar, a la mayor rapidez una colección. Quizás por exceso de ego, por extremadas ganas de demostrar.
La verdad es que, en estos casos, donde hay una personalidad creativa tan desbordante y singular, lo suyo sería crear una marca propia en vez de contaminar la de otros. Pero es mi humilde pensamiento.
En esta transición, elementos emblemáticos de la marca, como el rojo Valentino y las tachuelas, tan reconocibles para muchos, por ejemplo, parecen haber sido relegados a un segundo plano o más bien han desaparecido. Michele ha optado por centrarse en un periodo muy específico de la historia de Valentino, quizás a costa de ignorar otros aspectos igualmente importantes de su legado. Esta decisión ha contribuido a la percepción de que la colección se presentó de manera apresurada, sin un estudio exhaustivo de toda la simbología icónica que define a la maison.
La colección «Avant les Débuts» de Alessandro Michele para Valentino es un reflejo de su creatividad desbordante y su amor por la estética barroca y opulenta, pero me ha dejado algo perpleja.
Si bien ha conseguido capturar la esencia de una era dorada de Valentino, también ha suscitado dudas sobre su capacidad para respetar y evolucionar dentro de los códigos visuales de la marca.
Será interesante ver cómo Michele ajustará su enfoque en futuras colecciones, equilibrando su estilo distintivo con la rica herencia de Valentino.
Por ahora, nos queda una muestra de su visión, un mosaico complejo que promete seguir evolucionando y sorprendiendo en los próximos meses.
Imágenes cortesía de Valentino.
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