Mis Primeros 50 años: soy los años que me queda por vivir
Me decía mi madre ayer que, se había despertado pensando en el día en que nací, cuando mi padre, por la alegría de que había nacido una niña, hizo irrupción en la sala parto gritando de felicidad y besando a mi madre sin cesar. Había ya dos chicos en la familia, mis hermanos mayores, y mis padres estaban deseando tener una niña. Para aquél entonces el embarazo era una caja de sorpresas hasta el día del nacimiento.
Recuerdos bellos y tristes a la vez porque mi padre ya no está. Mi 49 cumpleaños fue el último que pude compartir con toda mi familia. A pesar de la distancia y del confinamiento, pude brindar con mis padres. Este año ya no ha sido posible.
Algo que me deja la más grandes de las enseñanzas: goza de lo que tienes porque un día dejarás de tenerlo y no podrás volver atrás.
Ayer fue un día de grandes emociones, muchos mensajes, muchas flores, mucho cariño… Tengo montón de fotos con una sonrisa de oreja a oreja, pero, realmente nunca se sabe lo que se esconde detrás de la sonrisa de una persona. Fue un día de alegría, de profundidad y también de pesar y ausencias.
50 años no son moco de pavo y luego, está toda esa intensidad mía y la vivida en el último año especialmente.
Ciertamente, las circunstancias no eran las perfectas para celebrar una cifra tan redonda, pero no he querido sucumbir ni a la tristeza ni a las circunstancias.
Persistir, resistir, insistir y nunca desistir recita uno de mis mantras de vida.
Siempre he afirmado que el don más grande que me ha hecho el Señor es el de la alegría y siempre lo diré, así que desenfundé mi lado payaso y allí me tenéis con tanto de corona de “cincuentañera”.
Me río de mí misma porque parezco Wonder Woman por la corona y el brilli brilli que sin dudarlo me he puesto.
No me da ni miedo ni vergüenza declarar mi edad, todo lo contrario, si acaso.
Además, es mi forma de reivindicar que las mujeres de cincuenta años no estamos acabadas, ni viejas, ni mucho menos. Estamos en la flor de la vida, con una claridad mental absoluta, con ideas diáfanas y deseos meridianos. Hemos pasado ya mucho, nuestros hijos se hacen mayores, vemos la vida con esa encantadora madurez y una desbordante gana de vivir que sólo la seguridad de saber lo que quieres, conquistada con tantos años de malos golpes y también experiencias positivas te han ayudado a forjar. Las mujeres de 50 años somos intelectualmente inquietas, muy activas, más seguras en todos los ámbitos, desde los más estrictamente personales como en los laborales.
A esta edad, sabemos lo que somos y lo que queremos… ¿Hay una conquista más grande para una persona?
Más allá de esto, un poco para cerrar el círculo de esta primera etapa vital tan redonda e importante, me gustaría transmitir algunos «tips»:
- Ser positivo te mantiene vivo
- Hacer balance es necesario para ajustar velas y aprender
- Atrás ni para coger impulso. No hay que volver a lo que ya sabemos que no nos funcionó.
- Los seres humanos tenemos una fuerza interior desbordante e inagotable que todo lo puede. Sólo hay que creerlo y confiar.
- La alegría es un regalo de Dios, con alegría en el corazón se superan las más duras de las tempestades.
- Procura estar siempre orgulloso de tu edad, de tu vida, de ti misma, de tu gente…
- El amor que no se demuestra y siente, no existe.
- La Familia es el Pilar, el Amor es el Amor.
- Necesitamos más Espiritualidad en nuestra vida.
- Dar sin esperar recibir.
- Las expectativas son malas siempre y nunca reflejan la realidad.
- Perdona y perdónate.
- Cada día que amanece y tienes la oportunidad de vivirlo es un regalo. Vivir de verdad es una conquista, un triunfo.
- Vive con coherencia. Más ejemplo y menos bla, bla, bla. Las palabras se las lleva el viento siempre.
- Sé una persona de palabra, honesta y sobre la que se puede contar.
- No hace falta eliminar a nadie, las personas se eliminan solas… se ubican en el lugar que les corresponde.
- Las personas que fiscalizan mucho, juzgan, o te tratan con “intermitencia”, no te convienen.
- La generosidad es un don, o la tienes o no, al igual que la elegancia, incluida la del alma.
- La gente viene y va, no te aferres a nada ni a nadie. Ámate tú lo primero. Comparte y ama desde la independencia individual.
- Aprende a poner límites y a decir algún que otro No. Es absolutamente necesario.
- Cultiva tu mente y tu vida interior. Busca tus espacios.
- Celebra siempre. La vida es un regalo, las personas, la naturaleza, el sol y la luna, los amigos… todo en la creación es un regalo. Tú lo eres. Los instantes lo son, justamente por lo fugaces que son, hay que saborearlos al máximo.
Concluyo diciendo que, no soy los años que tengo, sino todos los que me quedan por vivir.
Happy Birthday to me
LV
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