«SER DIVA» COMO CONCEPTO: EL TALENTO… ¡GRITA!
Hoy en día, la fama no necesariamente está vinculada a logros en la profesión, la música, el cine o las artes, como ocurría tradicionalmente. El auge de las redes sociales ha permitido que figuras sin un historial de talento reconocido se conviertan en iconos de moda o influencia, basándose en su estilo de vida, imagen, o simplemente por ser capaces de captar la atención del público.
Esto podría estar ligado, habría que hacer un análisis más hondo, a una cuestión social más amplia: el mundo empresarial, el entretenimiento y la cultura pop han hecho un viraje hacia lo inmediato, lo superficial, y lo visual, donde la imagen es muchas veces más importante que el contenido o el talento. Los medios de comunicación actuales han democratizado la fama y el éxito, permitiendo que cualquiera con carisma o un estilo llamativo pueda ganar notoriedad.
En la reciente edición del Festival de Venecia, el contraste entre lo efímero y lo que permanece anclado en la cultura, fue más evidente que nunca. En un escenario donde desfilaban figuras mediáticas y bloggers junto a artistas consagrados de la talla de Lady Gaga, Monica Bellucci, Banderas o Pitt; algo quedó claro: lo que verdaderamente brilla no es lo que llama la atención momentáneamente, sino lo que trasciende el tiempo y el espectáculo. Es algo que tiene más que ver con el ser.
En Venecia, las divas no “ejercen” solo como iconos de moda, son artistas que usan la estética para expresar una narrativa interior mucho más profunda. Lady Gaga, por ejemplo, vestida de Dior, no simplemente exhibía una escenográfica prenda de alta costura; la transformaba en una extensión de su arte. Cada detalle estaba cuidadosamente alineado con su sensibilidad artística, proyectando algo más que un simple estilo: coherencia interna. Esto es lo que diferencia a las verdaderas divas del resto. No buscan simplemente llamar la atención, que también, sino vivir y expresar su arte con integridad artística.
Ya sé que alguien no estará de acuerdo con la elección de Lady Gaga para este ejemplo, pero yo creo que encarna el concepto a la perfección.
Lo Efímero y lo que Permanece: El Aura de Venecia
Italia, y más concretamente Venecia, otorga a las divas un aura difícil de encontrar en otro lugar. Mientras que en Hollywood la fama está muchas veces ligada al espectáculo y la inmediatez, en Venecia, la moda y la elegancia adquieren una dimensión simbólica. No se trata solo de lucir una marca; se trata de cómo incorporar esa prenda al lugar de forma simbiótica, darle vida y significado a través de la coherencia personal.
Muchas artistas en Venecia no se han limitado a deslumbrar en la alfombra roja; su presencia tiene profundidad, una elegancia que va mucho más allá de lo superficial. Venecia se ha trasformado a lo largo del Festival, en una declaración artística y de “poderío” personal que nada tiene que ver con llevar un vestido y “lucir palmito”.
El Talento Silencioso: La Fuerza que no Necesita ser Gritada
El verdadero talento no grita, no demanda atención. Es una fuerza silenciosa que existe por sí misma, incluso cuando no es reconocida. En un mundo donde lo viral y lo instantáneo parecen definir el éxito, el talento auténtico muchas veces queda oculto. Sin embargo, no desaparece, simplemente espera el espacio adecuado para brillar. Ha sido el caso de Venecia, pero hay muchos casos, quizás más humildes y menos mediáticos, pero igual de poderosos en nuestro cotidiano.
Cuando Lady Gaga se presenta en Venecia, no lo hace para ser vista, sino para expresarse. Su elección de vestuario no es sólo una estrategia mediática; es una forma de comunicar: lo que además, en última instancia, define su verdadero talento.
Italia: El Refugio del Arte y la Autenticidad
Aprovecho, en este punto, para agradecer a Mario Mandosso por darme el input para escribir este artículo, y en especial modo, por impulsarme a destacar la diferencia esencial entre cómo las actrices tienen una “apariencia” en Hollywood y en Venecia. Tal vez Venecia sigue siendo un lugar donde el talento lejos de lo efímero, prevalece. Mario y yo, en nuestra conversación, llegamos a la conclusión de que Italia tiene la capacidad de transformar lo pasajero en algo eterno. Aquí, la belleza, el arte y la historia se entrelazan de tal manera que permiten a las verdaderas Divas proyectar su personalidad con total libertad, fuera del deslumbramiento de los focos.
En Venecia, la vestimenta no es solo algo que se lleva, es un lenguaje simbólico que comunica una ética personal y profesional. Aquí, las figuras mediáticas alejadas de la faceta cultural y artística, resultan meros «percheros» de marcas y quedan eclipsadas por el talento silencioso de aquellas Divas que saben dar vida y significado a lo que visten y lo que representan.
El Éxito como Coherencia Íntima
Hoy día, es normal medir el éxito por la validación externa: fama, riqueza o reconocimiento. Pero el verdadero éxito no está en estas métricas frívolas. El éxito real, en mi opinión, es ese estado de coherencia interna e íntima, de vivir de acuerdo a nuestros propios valores y deseos. Es la sensación de tranquilidad del alma que se logra cuando lo que hacemos está en sintonía con lo que somos.
El Talento y la Coherencia en el Mundo Empresarial
El concepto de coherencia interna, que define a las grandes Divas, también puede extrapolarse al mundo empresarial donde tiene profundas implicaciones. Al igual que en el divismo, el éxito de una marca no debería medirse únicamente por su visibilidad o por las cifras que genera, sino por su capacidad para ser fiel a sus valores y a su identidad. Claro que, finalmente tanto una marca como una empresa han de ser rentables, pero si no son coherentes, apostaría cualquier cosa que nunca alcanzarán “la cima”.
Una marca verdaderamente exitosa es aquella que logra proyectar una imagen afín con su misión, su esencia y sus principios.
Así como una diva transforma una prenda en una extensión de su arte, una empresa debe saber cómo transformar sus productos o servicios en una expresión auténtica de lo que representa. Solo aquellas empresas que respetan su identidad y se alinean con su ética interna logran crear un legado que trasciende lo efímero, dejando una huella duradera.
Ser Diva es una Forma de Ser
Me gusta mucho el concepto de Diva con el sentido que le otorgo en este artículo: ser diva es una forma de ser, un acto de vivir con coherencia entre lo que uno cree, lo que desea y lo que proyecta al mundo. Es tener la valentía de ser auténtico en un mundo que muchas veces premia otros atributos. Un “empoderamiento” personal por supuesto, pero también podemos definir “Diva” a un País como Italia, a un evento como el Festival de Venecia, a una marca o empresa.
Ser Diva es un concepto de gran profundidad: ya sea en el mundo del arte, de la moda o en la vida misma, es tener la capacidad de unir la ética y la estética, de proyectar una luz que no se apaga con el paso del tiempo, y es precisamente esa luz, en mi humilde opinión, la que ilumina el camino hacia un éxito auténtico y duradero.
Fuente de las imágenes: @ladygaga
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