Cruzando el Portal: En el umbral del alma y el Renacimiento
La Navidad es, sin duda, en su esencia mucho más que una festividad.
Para nosotros cristianos, representa el nacimiento de Jesús como símbolo de esperanza y redención, un llamado a renacer en el espíritu además de incitarnos a abrir el corazón al prójimo. Pero incluso para quienes no profesan esta fe, la Navidad trasciende lo religioso y nos invita a llenar nuestras almas de esperanza, a detenernos y mirar dentro de nosotros mismos para redescubrir lo esencial: la conexión con el alma, la generosidad y la luz que tanto necesita este mundo.
Al mirar esta imagen, no puedo evitar pensar que el portal que cruzo, evoca en mi interior, irremediablemente, el portal de Belén, ese humilde refugio que albergó el milagro de un nuevo comienzo. A pesar de los destellos alrededor, mi gesto cabizbajo, me lleva a postrarme con respeto y humildad hacia el misterio del Amor, representa introspección; una necesidad de mirarme dentro para comprender la grandeza de lo que llega y lo que significa realmente la Navidad.
Como a menudo digo, es una “vuelta a casa” cada vez que nos contemplamos por dentro, dando valor al alma, al corazón, a la esencia y a los valores que nos definen.
Valores que deberían de ser universales, a mí parecer.
Mi gesto además representa mi necesidad de reflexionar sobre lo vivido este año, abrazar lo aprendido y encontrar la serenidad necesaria para que sea ya parte de mi libro vital. Las estrellas que iluminan el entorno parecen guiar este viaje, como lo hicieron con los Reyes Magos hasta el niño Jesús.
Los centelleos alrededor me recuerdan que siempre hay luz, incluso en los momentos más oscuros de la vida. Una estrella que te guía hacia la esperanza, como aquella estrella de Oriente que guio el mundo hacia el Redentor.
Este año ha sido, como todos, una mezcla de retos, aprendizajes, luces y sombras. Cada instante vivido ha sido un peldaño que me ha ayudado a construir la Loredana de este 20 de diciembre 2024.
La Navidad, la foto, el momento, la luz de las estrellas y los destellos de mi particular portal me invitan a detenerme en este umbral, el mío, a reflexionar con honestidad, a encontrar en la humildad, a redescubrir en lo cotidiano el verdadero sentido de lo extraordinario que llevamos dentro. Porque, como en Belén, el verdadero renacimiento ocurre cuando nos hacemos encontrar por el amor, en sentido extendido, más amplio, pleno y humano.
A medida que avanzo hacia lo que vendrá, el 2025, permito que la luz de mi llama interior me guíe, con la certeza de que será la chispa que impulse nuevas aventuras y testimonio de crecimiento. Pero, sobre todo, quiero que me mantenga en la serenidad, en mi centro, con el alma anclada en mis valores y en el amor, para afrontar con la pasión, que me caracteriza, lo que está por venir.
Después de esta extensa reflexión, no me queda más que desearos que esta Navidad sea toda una invitación al recogimiento y al renacimiento; que encontréis vuestra propia luz interior en estos días, ayudados por el calor del abrazo de vuestros seres queridos y en la memoria de quienes os acompañan ya desde otro plano.
Que el amor y la serenidad os guíen, como esa estrella de Belén, hacia un camino de plenitud y propósito.
Hay mucho que agradecer y por celebrar cada Navidad, no nos quedemos en la superficie.
¡Feliz Navidad!
✨Fotografía: Bart van de Voort✨
✨Un agradecimientos especial a Patricia Val, directora del Hotel NH Collection Gran Hotel de Zaragoza, por su amabilidad y hacerme sentir en su casa como en la mía✨
Traducción al italiano:
Attraversando il Portale: Sulla soglia dell’anima e della Rinascita
Sorry, the comment form is closed at this time.