
Me he preguntado en estos días cuál sería mi balance para este año que se va. Pensaba acerca de lo que me ha dejado, de lo que me ha enseñado.
Me interrogaba a mí misma acerca de la posibilidad de simplemente correr un tupido velo sobre este agresivo año bisiesto o, por lo contrario, escribir una reflexión para dejar patente que a pesar de lo duro que ha sido, no me ha vencido y he logrado extraer de él algún que otro aprendizaje.
Finalmente, ha ganado mi gana de escribir, como forma de ordenar los pensamientos y sentimientos. Siempre ha sido mi forma de hacer catarsis, desde niña.
Que no ha sido un año fácil, qué duda cabe. En lo personal me ha azotado fuerte. Empecé en febrero con el fallecimiento de una de mis mejores amigas y he acabado en noviembre con la pérdida de mi padre, ambos por cáncer (#fuckcancer). Entre medio, un sinfín de sobrecogedoras noticias de amigos, de parientes, de mi adorada Italia, de mi querida España, del mundo en general … Este maldito Covid 19 nos ha zarandeado de lo lindo. Cuántas víctimas, nunca las lloraremos suficiente.
Años así, marcan un antes y un después en la vida de un ser humano.
Es evidente que este 2020 deja un rastro demasiado doloroso para que podamos borrarlo. Sólo un loco puede llegar a pensar que el 1 de enero de 2021 todo se habrá acabado.
Las personas que hemos perdido no volverán, tampoco las libertades y esa vida «desprendida» que vivíamos sin pensar que teníamos un bicho al acecho. Seguiremos llevando las dichosas mascarillas y supongo que, nos costará volver a los abrazos.
Personalmente, he extrañado enormemente a mi familia en Italia, los viajes, el «roce humano», la vida sin gel y espray desinfectante. Sin pantallas de por medio.
Pero, si hay algo de lo que tenemos que sentirnos orgullosos todos este año es, sin duda, de nuestra capacidad enorme de adaptación. En eso los habitantes de la tierra, humanos y no, somos únicos.
Hemos creado vínculos distintos. Algunos, hemos redescubierto toda nuestra empatía y humanidad. Muchos otros la voracidad, egoísmo y egocentrismo entre tantos de los lados oscuros que, por naturaleza, el ser humano lleva de serie… quien más quien menos.
Esas son las dos caras de esta humanidad. La del bien y del mal. Las dos caras que siempre han existido y siempre existirán. A los «buenos» nos toca mantener el equilibrio para que, al final de las cuentas, en el peso de la balanza, pesen más los del cielo que los de los infiernos.
Si algo he de agradecerle a este año tan peculiar es que, me ha dado mucho tiempo para la reflexión, para volver en mí.
Se ve claro también en mi Top Nine 2020, que usaré como imagen y guion para estas reflexiones.
Casi a dictar el orden (algo desordenado) de los acontecimientos de este 2020, y más allá de los likes que hayan obtenido mis publicaciones, las imágenes reflejadas en esa cuadrícula tan de tendencia cada año en IG, bien describe mi año.
Con un “Desintoxica tu vida” parece que empezaba yo, casi a dejar atrás algún que otro «peso» y desaboríos, para abrazar nuevas determinaciones para el esperado 2020 que llegaba cargado de ilusiones y esperanzas. Yo dejaría este mensaje para tildar cada día de nuestra vida, la verdad. Nunca viene de más recordarlo.
Ámate más, parecía decirme a mí misma, para que nadie te mienta, nadie te falte, nadie abuse de ti… porque Señores, al final somos nosotros mismos los que les enseñamos a los demás cómo tratarnos.
El encierro forzoso al que nos ha sometido el dichoso #Covid19 nos ha abruptamente hecho entender lo frágil que es nuestra vida, tanto en lo referente a la salud como al modo en que la tenemos organizada. En un instante podemos perder la vida, el bien más preciado, por algo que ni siquiera somos capaces de ver. Estamos tan sobreprotegidos que, cualquier acontecimiento inesperado nos deja KO y debilita nuestro quebradizo equilibrio. Estamos solos ante la falsa seguridad creada por esta contradictoria sociedad.
Nuestro sistema de consumo, de producción, de hacer negocio, se han visto muy cuestionados, y ya veremos cómo seremos capaces de volver a barajar las cartas y dar la nueva mano, en este juego donde han cambiado muchas reglas con extrema velocidad.
Hemos conocido de cerca la precariedad, la incertidumbre, la desesperanza, el miedo, el dolor de la pérdida, la falta de ilusión por un futuro que se presenta, para adjetivarlo de alguna forma… algo efímero, al menos a nivel global, aunque la circunstancia de cada uno pueda ser diferente.
Pero esas imágenes de Top Nine, en un instante me han hecho recordar lo que ha sido este año para mí, cómo ha transcurrido y lo que he aprendido de él. Os dejo un breve decálogo quizás «onceálogo» (jajaja). No soy lo que se dice breve en el discurso, más bien prolífica en el verbo, diría.
Si no compartiera mis reflexiones, iría en contra de por lo menos una de las enseñanzas aprendidas a lo largo de mi existencia y especialmente este 2020.
Compartir es vida.
Voy allá…
- Ante la adversidad, vuelve en ti.
Aprovecha el tiempo para conocerte. Reflexiona sobre el camino de tu vida, sobre las circunstancias que han dependido de ti y tus decisiones, sus efectos en tu realidad. Aprende de lo errores. Observa tu respuesta ante los acontecimientos que la vida te ha presentado sin más, los que no dependen de ti. De ti depende sin embargo cómo los enfrentas. - Medita, aprende, lee, edúcate en sentido amplio. Una mente cultivada y un espíritu indomable, pero sereno, son las fortalezas que necesitas para afrontar la adversidad y encontrar las maneras de superarla. Cultiva hábitos saludables a 360ª: para tu cuerpo, para tu mente, para la familia, para todo lo que hace referencia a tu vida. No dejes de sonreír, pase lo que pase.
- Cuida el círculo de personas a tu alrededor.
Mi abuela decía siempre «Soli non si stá bene neanche nel Paradiso» o lo que es lo mismo… solos no se está bien ni en el Paraíso, y ¡es cierto! Las metas se alcanzan más rápido con compañeros de viaje, las alegrías son más placenteras si las compartes y el dolor se hace meno duro de sobrellevar si a tu lado tienes quien te tiende una mano y te brinda cariño. Con los años he aprendido a estrechar el círculo alrededor de un núcleo duro de personas, pero al tiempo, he aprendido a ser mucho más flexible y dejarlo permeable a nuevos compañeros de viaje que aporten a mi vida, personal o profesional que sea. Si están destinados a estar y acompañarme en el camino de la vida, lo estarán; de otra forma, es necesario agradecer su paso por tu vida y déjales ir. - Ten Hobbies. Tener aficiones y pasatiempos es un salvavida y una forma de amarse a uno mismo, de tener espacios propios, de dedicarse tiempo. Porque cuando vienen bien dadas te aportan mucha alegría, te abren a nuevos círculos de conocimiento y amistades y, cuando vienen mal dadas, son una enorme válvula de escape e incluso, favorecen la meditación y la introspección.
Yo tengo la cocina, la pintura, la lectura y un largo etc. de intereses, el yoga por ejemplo es otro. - Aprende a ser Flexible, a adaptarte. La vida es cambio, las circunstancias personales y globales pueden verse subvertidas en un instante. Nunca como 2020 lo hemos tenido tan claro.
Fluye. No te aferres a circunstancias que ya no pueden subsistir.
«Be water» que decía aquél… - Sé más hormiga que cigarra. Quítate caprichos, disfruta, pero siempre con cabeza.
En esta pandemia he aplicado economía de guerra, y creo que era lo apropiado independientemente de cuán abultada estuviera mi cuenta en el banco. Lo he hecho más por respeto a la situación y a las personas menos afortunadas. Como enseñanza de vida para mi hijo. Además, todo lo que necesitábamos estaba entre los muros de nuestra casa: la Familia. - Sé empático, compasivo, comprensivo… ayuda a los demás. Lo que recibes tú es muchísimo más de lo que das.
No sabemos que carga lleva el otro. Tengamos una mente abierta y un corazón dispuesto hacia el prójimo. - Agradece siempre, por todo lo que tienes, porque lo puedes contar y porque todo es susceptible de empeorar. Un corazón agradecido es un corazón dispuesto y abierto a lo bueno.
- Ama a tus seres queridos, demuéstrales cuánto los amas.
Nunca se está preparados para el dolor ni para la pérdida de un ser amado. La pérdida de un padre, por ejemplo, te deja emocionalmente al desamparo. Repentinamente eres consciente de que, aquél ser humano que velaba por ti, ya se ha marchado y estás «sólo» ante las embestidas de la vida. - Trabaja duro por tus sueños. Sé humilde y no dejes de esforzarte. Ten seguridad también en ti mismo. No conozco ninguna historia de éxito que tenga un recorrido lineal. Pero nunca olvide apasionarte por lo que haces y poner amor en cada paso de tu camino. El Amor sirve para todo, es el faro que guía.
- Cultiva la elegancia del alma. Justamente durante la larga entrevista que me brindó Spend-in Magazine en el «Winter Issue», de la mano de Ricardo Gimeno, comentaba que me gusta hablar de elegancia como algo totalmente innato. Una cuestión de coherencia entre lo que eres y tu aspecto. La ropa que llevas y tu estilo. Sin estridencias ni actitudes y vestimentas que desentonen con lo que eres. También es gestualidad, delicadeza de movimientos. Saber perfectamente que es lo adecuado para ti. Luego, les decía que, a mí me gusta mucho más hablar de la elegancia del alma y que escribiría hasta un libro con este título. Es esa forma delicada, sutil y noble de vivir. Sin dañar, sin ofender, pasando de puntilla sobre los dolores de la vida, con una serena sonrisa puesta, pero también por los éxitos, superándose. Amar con intensidad. Esa forma suave de estar presente para los demás. Sin invadir, pero sin fallar al otro.
Finalmente, y para concluir, trasmitiros una lección que me ha dado la vida, más allá de este 2020 y que es como un mantra para mí, una frase de Charles Dickens:
«Ten un Corazón que nunca endurece, un carácter que nunca se cansa y un toque que nunca hiere» .
Adiós 2020, has conseguido lo más difícil, que nadie te olvide.
Te esperamos con los brazos abiertos 2021, quizás con pocas ilusiones y expectativas, te pido sólo que seas más clemente de tu antecesor y nos regales a todos salud, consuelo por lo vivido y serenidad.
Buen 2021 a todos.
LV
Sorry, the comment form is closed at this time.